entré y vi ángeles por todas partes...
Uno me dio una cesta y dijo: Compra todo lo que quieras, en la tienda hay de todo lo que necesitas...
Lo primero que tomé, fue PACIENCIA y AMOR,
estaban uno junto al otro... más adelante estaba COMPRENSIÓN, seguro
que más adelante la necesitaría... Compré, además SABIDURÍA y mucha
FE....
No me olvide de la COMPASIÓN, pues estaba
por todas partes...
Me detuve para comprar, FUERZA y CORAJE, pues, me ayudarían mucho en esta carrera de la vida.
Cuando ya tenía casi llena la cesta, recordé que me hacía falta GRACIA BENDICIÓN...
No me debía olvidar de la SALVACIÓN. La ofrecían ¡GRATIS!, entonces tomé una buena cantidad.
Cuando iba llegando a la caja, vi ORACIÓN, y
la agregué a mi canasta ya repleta.
Sabía que cuando saliera la tendría que usar...
La PAZ y la FELICIDAD estaban frente a mí, así
que aproveché para tomar una buena porción;
la ALEGRÍA colgaba del techo, tomé una, sabía
que era necesaria. Llegué al cajero y pregunté:
¿Cuánto debo?
Él sonrió y me contestó:
Lleva tu cesta donde quiera que vayas...
Una vez más, pregunté: ¿Cuánto realmente debo?
El sonrió otra vez y dijo:
Hijo mío, no te preocupes, Jesús pagó esta cuenta hace
mucho, mucho tiempo atrás.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda,
más tenga vida eterna" (Juan 3: 16)
No quiero decir nada más, sobran las palabras, el Padre Francisco José
Vega me acaba de mandar este escrito y.... sobran las palabras....
GRACIAS SEÑOR POR PAGAR LA CUENTA POR NOSOTROS.
Feliz semana, no tengáis miedo
Adrián Sanabria.
Fuente: http://www.archisevilla.org/
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